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C/ Bisbe Panyelles, 19,  2º 1ª 08720 Vilafranca del Penedés Barcelona  Anatomía ocular. Cataratas. Córnea y superficie ocular. Glaucoma. Retina y vítreo: Desprendimiento de vítreo posterior (moscas volantes). Roturas retinanas. Desprendimiento de retina. Retinopatía diabética. Oclusión venosa de la retina. Degeneración macular asociada a la edad (DMAE). Membrana epirretiniana. Agujero macular. Uveítis. Párpados y vía lagrimal. Neurooftalmología. Pediatría. Defectos de refracción. Retina y vítreo Degeneración macular asociada a la edad (DMAE).  La DMAE es una degeneración de la mácula, la zona central y de máxima actividad de la  retina, originada por el envejecimiento del ojo.  Por tanto, es típico que se afecte gravemente la visión, y que los pacientes se quejen de un  borrón central, mientras que conservan perfectamente la visión periférica.  El factor de riesgo más importante es la edad, siendo la DMAE la primera causa de ceguera  legal en personas de edad avanzada. Otros factores de riesgo que favorecen su aparición  son: el tabaco, la predisposición genética y la hipertensión arterial.  Existen 2 formas de DMAE:  DMAE seca: Es la más frecuente, afecta a un 80-90% de los pacientes que padecen  la enfermedad. La pérdida de visión es muy lenta y progresiva. En el fondo de ojo se  aprecian unas manchas amarillentas (drusas) que corresponden a depósitos situados  en las capas profundas de la mácula, que van atrofiando esta zona provocando una  pérdida progresiva. Puede evolucionar a la forma exudativa.  DMAE húmeda: Se da en el 10-20% de los pacientes con DMAE. Se caracteriza por  el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en la mácula (membrana neovascular)  que acaban filtrando líquido y sangre, produciendo una pérdida de visión brusca y  severa de la visión central. Al distorsionarse la mácula, estos pacientes también  pueden percibir las líneas torcidas o los objetos deformados (metamorfopsias).  La DMAE no se puede prevenir, pero sí se pueden detectar complicaciones de una forma  precoz para valorar un posible tratamiento. Se suele proporcionar a los pacientes una  rejilla de Amsler, que no es más que una cuadrícula que tienen que observar a diario para  detectar cualquier disminución de visión o distorsión de imagen que se pueda producir. En  tal caso, se recomienda que consulten de inmediato.  Para la DMAE seca no existe tratamiento eficaz. Se recomienda control de los factores de  riesgo, sobre todo, el tabaco y la disminución de las grasas saturadas de la dieta. Se  pueden administrar suplementos ricos en vitaminas, minerales, agentes antioxidantes y  ácidos grasos omega-3, que no curan pero sí pueden enlentecer la progresión de la  enfermedad.  En cambio, para la DMAE húmeda (confirmada mediante angiografía fluoresceínica y  tomografía de coherencia óptica), sí contamos con algunos tratamientos. La terapia  fotodinámica es un láser que ha sido utilizado para cerrar estas membranas neovasculares,  pero los resultados han sido bastante limitados. Actualmente disponemos de fármacos  antiangiogénicos, que se inyectan dentro de la cavidad vítrea de ojo, y que tienen la  función de frenar el crecimiento de los vasos sanguíneos. Aunque estas inyecciones  intravítreas no eliminan la DMAE, sí pueden evitar que la enfermedad progrese y que los  pacientes puedan conseguir una mejoría de la agudeza visual.  Actualmente se está investigando en estudios genéticos que puedan detectar personas con  riesgo de padecer DMAE, y ofrecerles un seguimiento cercano.  Membrana epirretiniana.  La membrana epirretiniana (MER) es un crecimiento de una capa de tejido en la superficie  de la mácula, que al estar adherida, puede contraerse y arrugar esta zona de la retina.  Para su diagnóstico y seguimiento es muy útil la tomografía de coherencia óptica (OCT).  La causa más frecuente de aparición de esta membrana es el desprendimiento de vítreo  posterior, pero también puede ser secundaria a inflamaciones intraoculares,  desprendimiento de retina o traumas oculares severos.  Cuando esta MER adquiere un grosor considerable o provoca pliegues retinianos, puede  originar una pérdida de visión, las imágenes se ven deformadas y las líneas torcidas.  En los casos asintomáticos, se opta por la observación, pero cuando la membrana crece y  provoca alteraciones visuales, se suele plantear la extracción quirúrgica mediante  vitrectomía y pelado de dicha membrana.   Agujero macular.  Cuando el vítreo se desprende de la retina puede traccionar de la mácula, la zona más  delgada de la retina, provocando una rotura en la fóvea, la zona central de la mácula.  Confirmaremos el diagnóstico mediante una tomografía de coherencia óptica (OCT).  El paciente notará una importante pérdida de visión de ese ojo. Suele darse en pacientes  de más de 60 años, afectando normalmente a un solo ojo. También puede darse en  pacientes muy miopes o tras un traumatismo ocular.  El tratamiento es quirúrgico mediante vitrectomía, extracción de la capa más superficial de  la retina que tracciona los bordes de esta rotura, y la inyección de gas dentro del ojo para  que comprima la retina y cicatrice el agujero macular.  El cierre del agujero tras la cirugía es casi inmediato, pero la recuperación de la agudeza  visual puede tardar semanas, incluso meses.  <   1   2   3   4   > Inicio > Patologías oculares >  Cita on-line